jueves, 21 de julio de 2011

Editorial No Solicitada: Ni Ni Ni Ni madres?

Han de saber, mis estimados lectores, que si el destino fuera capaz de hacerme un poquito de caso, en este momento yo estaría haciendo mis últimas compras en el primer día del San Diego Comicon… ¿Qué qué chingaos es eso so cabrones sacrílegos?

Pues nada más que el equivalente a la Meca para las perversas entidades que tienen fijación por sujetos musculosos en ropas ligeras… No, no me refiero a las morras que frecuentan los antros de strippers masculinos… Creo… Me refiero en realidad a todos los que sufrimos una afección gravísima que hace que nuestro cerebro funcione de manera ladeada y tengamos la necesidad de correr a nuestra tienda de historietas favorita cada semana para estar al tanto de las aventuras de nuestros super-héroes favoritos, los que corremos a los cines para ver todas las historias que impliquen magia, ciencia ficción y todas esas maravillas que las noticias no contienen.

Si el destino no me hubiera jugado una mala pasada - O me hubiera acordado de comprar mis boletos el año pasado- Ahorita estaría debatiéndome entre comprar quien sabe qué paquete de novelas gráficas o las nuevas figuras de acción de Square Enix mientras las hermosas copias vivas de Gatubela o Super chica rosan sus hermosos traseros con mi espalda…. Ah, si, el Comicon es algo bien requete lindo.

Pero nooooo… En lugar de estar allá, estoy aquí leyendo las noticias de la semana y, no sé si por el tono en el que cantan, me veo forzado a recordar la definición de “mutante” que Marvel comics ha aportado a la humanidad.

De acuerdo a la tres veces Honorable y siempre confiable editorial, un “mutante” es un organismo que posee una cualidad derivada de un gene “X” que le permite desarrollar facultades más allá de las que la persona humana tiene.  Los “mutantes” son considerados como una sub-especie del genero humano llamado “Homo Sapiens Superior”, y son considerados como la siguiente etapa en la evolución del género humano. Echan rayos por los ojos, les salen alitas a los quince años (y no precisamente por la toalla sanitaria que usan), desarrollan capacidades telequinéticas o las propias de un flatuleador de largo alcance capaz de apestar todo lo que esta cerca… Algo así como nuestro presidente el cacotas.

Los mutantes se ven bien chidos en muñequitos y películas y generan carretadas de dinero para quienes hacen esos muñequitos, comics y películas (me pregunto qué tan bien se vendería el muñequito de nuestro presidente Fecal).

El chiste es que los mutantes son entidades  capaces de hacer lo que nosotros, pobres homo Sapiens Inferior, no podemos hacer por más que pujemos o echemos suspiro entrecortado, y si ustedes, mis incrédulos lectores, asumen que esas criaturas fantásticas son obra de un par de escritores de los sesenta sobreviviendo a un mal viaje de ácido, están en un terrible error.  Los mutantes existen y están entre nosotros… CHAN CHAN CHAN CHAAAAN….

El sentido común y una que otra cita de la Biblia, nos dice que el ser humano quedó condenado a ganarse el pan con el sudor de su frente por una o dos chanzas juveniles que se aventó la primera pareja que tuvo a bien colgarse de este planeta, sin embargo… Que me coma una ballena, que me coma un tiburón pero pinche capitán culeeeero... Y si no hay criaturas meta-humanas que pueden sobrevivir sin esfuerzo alguno que se me caigan las… tepalcuanas... De todos modos tengo una seguridad relativa de que mis tepalcuanas se caerán próximamente.

Un subproducto de la sociedad sedentaria que nos define como especie, es el paradigma de sustentar un hogar en el que sus miembros habrán de gozar no solo de un lugar donde habitar, comer, descomer, sino hasta echar el desmadre nuestro de todos los días… Tienes que estar pendejo o tener severos problemas con el jefe de ese hogar para querer abandonarlo y enfrentarte al mundo para enrolarte en las filas del género humano al estilo bíblico.

Normalmente, los de las generaciones anteriores a la mía, solían enfrentar severos problemas con el pater familias cuando llegaban a esa edad en que los pelos empiezan a requerir poda, si no por otra cosa, porque era costumbre el considerar que los hijos eran de los padres no en el sentido de una relación filial amorosa y bla bla bla, sino en el sentido de que uno es dueño de un artefacto que bien puede ser usado para la continuación de una estirpe, un negocio familiar o la anexión de los bienes de otra familia mediante el matrimonio.

Ah, pero como resulta que los seres humanos tienen derechos intrínsecos y no pueden considerarse como propiedades o herramientas, la autoridad paternal se fue disminuyendo (no sin cierto grado de razón) y los hijos empezaron a ostentar cada vez más derechos.

A mi generación, por ejemplo, ya le tocó limitar su estancia en la casa paterna sólo ante la aparición de deseos naturales pero aberrantes al pater familias, como el  de hacer del propio cuerpo lo que la propia gana designe.

Específicamente, a los de mi generación nos dijeron que sólo podíamos fumar hasta que pudiéramos pagarnos nuestros propios cigarros y no podíamos llevar parejas a pernoctar hasta que tuviéramos nuestra propia casa o al menos el dinero para poder llevar a la susodicha a un hotel o para pagar el tatuaje que llevamos en la espalda (no, no voy a enseñar fotos del mío).

Pero los derechos humanos de los hijos siguieron avanzando y se empezó a correr la conciencia de culpa en los padres al grado de que muchos empezaron a pagar por los vicios de sus hijos y básicamente por cualquier otra necesidad o gusto que pudieran tener…. “Ay pobrecito, ¿cómo lo voy a dejar solo?” o “Yo no voy a ser como fueron mis padres” fueron las frases medulares de ese cambio de la conciencia paternal.

Yo no tuve ganas de estudiar o trabajar.  Hasta la fecha esas dos actividades me resultan repulsivas, pero si quería dedicar horas a la contemplación sacra del porno o recorrer los bares del mundo, tenía que buscar los medios que doña S (mi amá) simplemente no estaría dispuesta a darme como buena católica apostólica y romana.

Estudiar para tener un buen trabajo que me diera para pagar por mis excentricidades, trabajar para tener dinero para pagar mis excentricidades… Incluyendo irme al COMICON cuando estoy a punto de los 37 o pagar un departamento para vivir vivir con la flaca a los 29, fueron las cosas que me forjaron la necesidad de  salir de la casa de mi madre.

Evidentemente, si le quitas una necesidad a una persona, esa persona no va a hacer por conciencia de clase lo que no tiene necesidad de hacer y de ahí los mutantes nuevos.  Los llamados “Ni-nis”, entidades que ni estudian ni trabajan pero tiene para salir todos los fines de semana, fuman, beben y todo el show (ni muertos se quedan en casa para hacer por lo menos el "quiahcer").

Cierto, la verdad de las cosas es que las instituciones educativas gratuitas del país están sobre-saturadas y cada vez es más difícil tener un lugar para obtener la educación superior que requieren los trabajos que te permiten pagarte no sólo tus excentricidades, sino tus necesidades básicas; cierto, la oferta laboral en el país es cada vez más escasa, pero que yo recuerde las cosas no eran diferentes en los 90s.

Aunque quizá con tantas excentricidades acumuladas en las neuronas o en el hígado, recuerdo las cosas mal.

No es por presumir, pero cuando yo estaba crío, era tanta mi necesidad de lograr un buen empleo (o las ganas de vivir con la flaca) que, aprovechando que doña S me pagaba los tamales y el lugar donde vivir, llegué a tomar trabajos que para muchos resultarían “chacas” a fin de ganar un poco de experiencia que pudiera permitirme ascender en los rangos laborales.

Mi primer trabajo, por ejemplo, conseguido por la intercesión de mi hada madrina (mi vecina que también me enseñó a manejar y a quien aprovecho para mandar saludos) me reportaba un salario menor al mínimo y en vales para restaurantes que la misma hada me daba (porque donde trabajaba no me daban nada).  Cargué cajas de averiguaciones, fui por tortas, llevé los zapatos de los abogados a lustrar, y poco a poco, ellos me empezaron a dar más responsabilidades.  Me enseñaron a estudiar averiguaciones previas (mi primer trabajo fue en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal) y conforme fui estudiando, fui logrando mejores posiciones en la iniciativa privada hasta que entré a un buen despacho y el resto fue historia.


Nadie me pagó clases de inglés.  Aprendí el lenguaje a fuerza de buscar en el diccionario las palabras que oía en las películas gabachas y entré en la Universidad estudiando para pasar los exámenes de admisión y tratando de que las pendejadas que haces cuando eres chavo no interfirieran en la meta de lograr un título de licinciado.

¿Lo hubiera hecho si doña S me hubiera pagado los cigarros –que gorrié de mis compañeros hasta que pude comprarme los propios con mi dinero – o las tellas?

¡Claro que por supuesto que no!

Pero ahora un joven preparatoriano promedio no quiere un trabajo en el que tenga que cargar cajas porque denigra sus derechos humanos, no quiere un trabajo que le pague con vales de restaurante porque igual gana más haciéndose pendejo y rolando mota en el patio de su Unidá (habitacional) o jugando al malabarista en una esquina.

Sé que igual mi experiencia me ciega a la de otros, pero no puedo sino preguntarme… 


Si de todos modos no me dan un trabajo (remunerado o no), si no logré entrar a la escuela de todos modos… ¿Por qué no entrar a trabajar a algún lugar de a gratis para ganar un poco de experiencia?... Si realmente tienes la necesidad de trabajar para ganar experiencia al menos… ¿por qué no hacerlo de a gratis?

Quizá porque, insisto, igual no tienes  realmente la necesidad o porque entonces perderías tus super poderes y dejarías de ser Nini y ser Nini, créanme, puede ser muy importante…

De acuerdo a las noticias que se surtieron la semana pasada, los Ninis representan un problema social para casi todos los gobiernos alrededor del mundo y es que cuando un alto porcentaje de tu población “no tiene nada que hacer”, tienes motivos para temer…


 Ya lo decían las abuelas (no la mía por cierto) “en manos desocupadas anda el diablo” (y es que mi abuela nunca tuvo las manos desocupadas).

Evidentemente una población desocupada está en disponibilidad de hacer lo que se le pegue su regalada gana. Tiene tiempo de cuestionar a la autoridad y estar en movilizaciones multitudinarias que pueden poner en jaque a un régimen, tienen la posibilidad de entregar paquetitos para quienes venden droga y tienen tiempo para consumir los dichosos paquetitos, o para echar el halconazo (dícese de vigilar lo que hacen los cuerpos de seguridad para echar “aguas” al elemento delictivo de la sociedad), tienen el tiempo de hacer lo que el Homo Sapiens Inferior, también llamado “godinez” o “perito de oficina” no. Son entes que viven de la utopia culera en la que si bien no pueden lograr las bendiciones que trae consigo el sueño del protestante americano, pueden, por estar exentos de los pesares heredados del pecado original, albergar el sueño de romperle la madre al sistema que nos gobierna.

No, no se me escapa el hecho de que a veces los Ninis no tienen ni siquiera la coraza protectora de un hogar sustentable, al contrario… Una persona desocupada que no tiene ni para comer esta como que un tanto mas dispuesta a responder la flatulencia a quienes se la echan en la cara y eso puede ser la semilla de la revolución si alguien se avienta a decirles cual es la manera adecuada para soltar un pedo.

Como en los comics, en los cuales la sociedad de Homo Sapiens Inferiores odia y desconfía de Wolverine, Cyclops y la banda, los gobiernos del mundo tienen mucha razón en temer a nuestros mutantes porque, como un artículo recientemente ha indicado, estos muchachos pasan su tiempo curioseando por Internet, escribiendo en blogs y/o organizando movimientos como los que le partieron la madre a los “emos” hace algunos meses/años.

El gobierno tiene razón de crear sus “centinelas” o programas en los que no solo se registren a quienes no tienen estudios ni trabajo, sino que pretenden hacer algo con ellos… Algo que cumpla con los estándares y la función del status quo.

Métanlos en un programa para combatir al “Crimen organizado”, hágan algo con ellos además de permitirles hacer lo que quieran. Después de todo nuestro sistema implica un gobierno que ha de hacer de todos su medio para subsistir.

We dont need no education” (“güi dont nid nou education”) como dijera Roger Waters (“no necesitamos educación”), pero… a final de cuentas, si logran la independencia de los organismos actuales de gobierno y logran establecer su propio comando…Cabría la pregunta… ¿Qué le espera a una sociedad gobernada por personas que no han estudiado y no están acostumbradas a trabajar?

Egipto, después del golpe de estado del Twitter, ahorita está pagando la de la administradora de la vecindad que compró pantalla plana y es que… Bueno, una cosa es querer un cambio de gobierno y otra muy distinta es estar dispuesto a asumir los costos de ese cambio... Como seguramente entenderán los de un país dominado por setenta y tantos años por un gobierno mierdero que apenas hace doce logró el cambio que lleva hasta ahorita como cuarenta mil muertos y es que el cambio por el cambio lleva a regresar a las estructuras anteriores y si no me creen pregúntenle a los que estuvieron involucrados en las elecciones del Estado de México de hace algunos días.

Por otra parte, si tomamos en cuenta la lista de ausentismo de nuestros diputados y su nivel de preparación… Pues como que dudo que cambien mucho las cosas. Después de todo, creo que llevamos un buen rato gobernados por mutantes.

3 comentarios:

  1. No manches Arturito,la boca infestada de razón referente a los chavos y la nueva generación, que cierto, carajo!, yo tube la necesitad bien marcada, por que mi madre fue sola, y basicamente ella me educo, ( si, ahora entiendes por que soy como soy ) jaja....pero bueno, la realidad es que si tienes la necesidad neta haces lo que sea, yo recuerdo, como parte de mi infancia cuidar niños, ir las guarderias mas cercanas a sacarme los 2 pesos para comprarme la paleta de hielo de la paleteria de la vuelta de mi escuela, y te juro que iba hablaba con las Directoras, y les decia: me daría permiso de cantarles y bailarles a los niños por 2 pesos?, obvio, sé que eran otros tiempos, y la inseguridad en las calles es mas grande que hace 32 años, pero la neta es que al "jovencito de hoy " y la " Jefa de hoy", se les olvida cuando dejan ir al chavo de antro y llega pedisimo...a los 17 años...y pensar que yo a los 17, tambien trabajaba...
    Completamente de acuerdo que ahora los chavos se estan haciendo una masa de inutilidad total en el pasi, y que absolutamente los padres debemos dejar de hacerlos huevones, por que el día de mañana lo único que vamos a conseguir son personitas Huecas, que viven de lo superficial de la vida, lo económico y modas que solo te llenan de vacio y no te aportan un carajo de experiencia de vida...y que si no ponemos en alto las obligaciones como ciudadanos y les enseñamos a luchar por lo que quieren con honradez y justicia, terminaran siendo unos mutantes futuristas, o los futuros diputados...pero a la 3er potencia...no mames, que miedoooo!!

    te abrazo.

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  2. ¡Vaya! me sorprendo al leer algo tuyo y estar muy de acuerdo. Lástima que los ejemplos para ilustrar son del Comicon. (GEEK). espero que tus lectores y followers no se desanimen por eso. Pero yo también fui de la generación en que los papás no me daban para mis chicles y todos mis años de vagancia los pagué caros después. Creo que para sobrellevar la vida y sobresalir hay que trabajar. No matter what. La lana se acaba cada 3 generaciones, así que, hagamos dinero para que nuestros hijos (si es que un día tenemos) trabajen más fácil y nuestros nietos se truenen años de esfuerzo =P

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  3. nuestros hijos?... Ah chis, ah chis... eso es propuesta o degenere?

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