viernes, 15 de julio de 2011

Editorial No Solicitada: La Razón del Cabral

Me caga el acento argentino. Literalmente. Si mis oídos se ven expuestos a más de 90 minutos de ese sonsonete corredizo, mi sesera entra en un estado mierdero y, como si escuchara la temida nota marrón, emite una violenta e inminente orden de chorrear el calzoncillo con lujo de violencia.
Asumo que el cerebro humano está construido con puntos abocardados que provocan reacciones de disgusto sin razón aparente ante un estímulo determinado. A algunas personas le disgusta la consistencia de la tapioca o el sabor del hígado, cuando a otras personas les fascina y por ello, en realidad no es que tenga perjuicios en contra de los argentinos, pero su forma de hablar me resulta repelente... Aunque la tenga grabada entre mi colección de acentos a imitar a fuerza de la insistencia de sus voces en el concierto de los medios cotidianos.
Me gusta Boogie y ni cómo negar la grandeza de Mafalda o de la obra de Cortázar (todos de origen argentino), pero la verdad es que afortunadamente esas maravillas tienen por virtud el ser ajenas a la   escucha del temible acento empleado por Maradona para hablar... Igual por eso también me confieso adepto a la música de Alberto Cortez y de un tío que se llamaba Facundo Cabral (es increíble cómo la música puede tapar un acento o la indisposición de un culo beligerante).

Ni cómo negar el sentimiento causado cuando se escucha "No soy de aqui ni soy de alla" y los kilómetros empiezan a transcurrir junto con las  diferencias entre un aeropuerto y el que sigue hasta el punto de pensar que todas las ciudades se hacen una misma entidad eterna que se cierne amenazante alrededor de todas las terminales de autobús, de avión, de tren, y hasta de metro alrededor del mundo.  Ni cómo no sentir un poco de pena cuando vas despertando y te enteras de que el cabrón que escribió esa rola fue abatido a tiros, así como lo decía su canción, en el transcurso de un "ni de aquí ni de allá".

El 9 de Julio me desperté con la noticia de que al tal Facundo le había tocado una despedida a  tiros por parte de una parvada de sicarios mientras intentaba llegar al aeropuerto de la ciudad de Guatemala, y aunque me gustaría decir que es la indignación por tan artero crimen lo que me lleva a escribir la presente, lo cierto es que más que eso, o el hecho de ver el despacho de un músico entrañable para muchos (a mi la neta nomás me caía "chispa"), lo que detona esta molestia semanal no solo es el que ya pasé demasiado tiempo sin molestar a mis lectores masoquistas, sino también el que  las autoridades guatemaltecas inmediatamente culparon del homicidio al "crimen organizado" dando incluso indicios de que esa entidad difusa que se esconde en las sombras de la "tierra azteca" había tenido que ver con el asunto y lo que es más, copiando el sistema de administración de justicia de las mismas tierras, los guatemaltecos produjeron dos culpables dentro de las 72 horas de acontecido el tiroteo, basándose en las imágenes de una providencial cámara de video que estaba justamente en el lugar adecuado para ver a los dos sospechosos aprendidos con la nitidez suficiente como para poder identificarlos y ponerlos a disposición de las autoridades no sé si para hacer justicia o  pa que los medios, ya ensartados en el asunto, no se atrevieran a suponer ineptitud alguna.
Ta' madre! ora resulta que en las calles de America Latina se tienen cámaras suficientes y en tan buenas ubicaciones como para establecer al culpable de echarse un pedo o a un trovador barbudo (me pregunto si también habrán detectado lo que me pasó cuando tuve que aventarme una negociación con un argentino judío por mas de tres horas y descubrí el efecto de su acento en mis intestinos).
Pero además resulta que los sicarios no iban tras Cabral sino tras su representante y pus... Como el argentino se les atravesó en el camino, se lo tuvieron que cepillar muy a la usanza de los que mataron al Cardenal Posadas en Guadalajara por allá de 1993... Si, si los sicarios son re-pendejos y se equivocan a cada rato... Con razón no pueden acabar con ellos por más que les echen a toda la juerza del pito... Si, del Feli Pito (nuestro querido presidente cagado).
Salvo lo que digan sus mercedes, me parece que la tendencia de investigación de delitos que ya es conocida por todos los que vivimos de esta fálica realidad del sur del Río Glande, que diga, Grande, se está generalizando. ¿Qué cuál es esa?
Pues la misma que le tocó a una vieja llamada Mariel Solis, quien fue establecida como cómplice del homicidio de dos catedráticos de la UNAM (Universidad Nacional Autonoma de México a.k.a. "¿Cómo no te voy a querer aunque me hayas pospuesto mi exámen profesional más de seis meses y me hayas hecho hacer mi servicio social dos veces porque te negaste a aceptar la constancia que te entregué la primera vez que lo hice?") quienes fueron balaceados al imponer la fuerza de sus sesenta y tantos años ante las intenciones de una semi-automática empeñada en quitarles la lana que acababan de retirar de un banco cercano a la Universidad.
Se supone que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal señaló a la niña Solís como presunta de escabecharse a uno de los dos viejitos porque una de esas cámaras omnipresentes tuvo a bien ubicarla en el lugar de los hechos.
Como las cámaras son los ojos de Dios (y para muestra la deliciosa video-editorial que les presenté la semana pasada... Ñam ñam), la Procu pensó fácil echarle la culpa del muertito a la mentada, sin tomar en cuenta que sus abogados iban a cargar la atención de los medios electrónicos al asunto y entonces si, resultó que la presunta culpabilidad de la estudiante de ciencias políticas había sido poco menos que herejía. No, no es que la cámara se equivocara, sino que... que... Pues resultó que los celosos investigadores asignados al caso confundieron a la rapaza.  Que no era ella tío, le digo que no.

Entre sicarios que confunden a un barbudo y policías que confunden a una escuincla... Como que se me ha antojado oír "Sicario" de Rubén Blades.

En nuestro país y al parecer también en Guatemala - por si se le pasó tío - resulta que es más importante lo que se ve en los medios que la investigación que se pueda hacer sobre un caso, lo que se escuche bien,  lo que no sugiera ineptitud pero...
Mmmmm... Me pregunto cómo queda el estilo de investigación a la mexicana cuando en el Estado de Baja California se encuentran 120 hectáreas de marihuana (esto es aproximadamente 1,200,000 m2 que es casi equivalente a mi ranchito que tengo del otro lado del periférico... Simón, como si 60 m2 fueran un "ya merito")... Digo, la marihuana no crece en un mes.... Además... ¿No se supone que México es solamente un país de tránsito para la droga?... ¿Cómo fregados le hicieron para pasar por alto esa madresototototototototototota hasta que las semillas se volvieron plantas? ¿No se supone que tienen cámaras omnipresentes?
No güey, pero en el desierto de Baja California no hay cámaras.... ¿Qué no ves so-perútano que se les mete la arena?
Ah, perdón, usted disculpe, supongo que el hecho de que haya cámaras satelitales, vigilancia constante y un chingo de gente empleada para darle mantenimiento a un sembradío de 120 hectáreas, era difícil de registrar cuando hay arenita pegándole a las cámaras que le dicen a las autoridades a quien meter al tambo.
Si, lo siento, ya se que soy re pendejo tio, pero... ¡¿Qué quiere que haga?!
Veo que a quien cae mal lo meten al bote sin fundamentos y a quien cae bien lo dejan ir por falta de fundamentos; que lo que no captan las cámaras (aunque sean 120 hectáreas) lo dejan ser hasta que es oportuno ponerle freno y; que esta hermosa forma de hacer las cosas está al parecer imbuida en el gene que nos hace a todos americanos.
Así... ¿como chingados no preferir decir "no soy de aquí ni soy de allá"?

1 comentario:

Tu ya leíste mis pendejadas, ahora dejame leer las tuyas.