viernes, 19 de abril de 2013

Editorial no Solicitada: Matrimonio y mortaja...

Ahora sí, creo que resulta innegable que hace mucho que no había letras nuevas en este sitio a pesar de que han pasado cosas harto importantes tanto en el país como en el mundo.

Digo, por menos de lo que ha pasado en las últimas tres semanas me  han tenido que fracturar los dedos pa que deje de escribir.

¿Que por qué no me he echado ni un versito ultimamente?

Podría teclear una de esas excusas que se tienen en el archivo para hacer parecer que hubo una tragedia o algo muy importante para que me ausentara de las letras durante tanto tiempo pero la verdad, no creo que en esta calurosísima tarde alguien tenga ganas de leerla (si me doy de santos que alguien tenga ganas de leer este cúmulo de barrabasadas de por sí).

Si han de chutarse una razón por la que no he escrito en este blog durante ya tantos meses, hagan de cuenta que escribí algo más bonito a "me dio güeba" o "es que me quedé picado jugando X Box".

Andenle, ándele, si les gusta leer es porque de alguna forma les gusta ejercer la imaginación. Imaginen reconociéndose como los entes anti-diluvianos que son y que a pesar de tener tecnologías capaces de mostrarles viejas super-pitagóricas en la pantalla con un "click del ratón", prefieren aún imaginarse a la vieja de mención a su muy particular gusto (so retrógradas).

Pa los que no son tan retrógradas, ahí esta la susodicha vieja:

veronique morin
¡Ay diosito!.... ¿por que me hiciste tan pobre? que diga, tan feito.

Ejm.

Independientemente de que las razones por las que dejé de escribir sean irrelevantes, quizá - y ahí si ustedes podrán juzgar mejor - las razones por las que he vuelto a fastidiarlos no.

Verán...
Si, tio, ya estoy escribiendo de nuevo.... No, no le de de su hierba al gato que el tiene la suya...
Tioooooo....

Errr... Como les iba diciendo, he vuelto a escribir porque me he visto implicado en dos acontecimientos de los cuales me vi imposibilitado para escapar:

1. El día de mañana  habré de estar en la boda de alguien con quien, para bien o para mal, compartí la infancia. Si, si, no lean con esa cara de extrañeza, aún transitan por estos parajes del Señor entidades de mi generación.... Pus si no soy tan viejo... Todavía hay taxis circulando más viejos que yo (o al menos espero que las autoridades de tránsito no hayan estado tan celosas de su deber retirando carcachas). Lo cual en principio amerita un "¡Aleluya por fin salio la que se casa!" (imagínense a los "treinta y casi cuarenta" casándose apenas), pero igual me ha puesto a pensar "bueno orejón del mal, y tú... ¿por qué no?".

¡Ay diosito!.... ¿por que me hiciste tan pobre? que diga, tan feito.

Independientemente de deficiencias taxonómicas o económicas o incluso ecológicas por aquello de que se me considera fauna nociva en ciertas comunidades (Hola Argentina!); incluso independientemente de que eso de vivir con otra persona ya pasó por mi lista de vivencias adquiridas, lo cierto es que mi soltería a estas alturas del partido si se me presentó como una interrogante que se vio alebrestada por...

2. Un infame de aparente calza enana se atrevió a colocar en facebook esta putada:


Yo no sé si la del puro sera pariente del cachetón (el cachetón del puro .... ¡¡¡No mames si hay video ejemplificativo!!!) o sea hija de la desmemoriada virilidad de un necrófilo con ascendencia a su vez dudosa, pero el tema de la "libertad" puesta a contraste con la idea del matrimonio y la naturaleza humana, la neta me punzo los dedos (los güebos me punzaron de ver las fotos de la  Veronique).

Tío, ¡el gato no se fuma su hierba, solo se la come!
¡Lugossi! ¡Deja ese pinche cigarro! ¡No quiero limpiar bolas de pelo del techo otra vez!
Coff coff

(Ah cabrón que bueno estaestoquestanfumandooooo... errrr..... seeee)

El asunto es que siempre hemos entendido a "la libertad", palabras más o palabras menos, como el poder hacer lo que el ánimo nos quiebre y si, de alguna forma no dudo que la conceptualización generalizada sea cierta a la luz de las más encumbradas teorías del conocimiento o el dicho del más jodido caguamo de la esquina, pero independientemente de las canciones piteras que enaltecen al concepto con melodías de a peso (o no sé a cuanto estén cotizando la canción sobre la libertad en I-tunes) lo cierto es que la cultura popular no tiene espacio para hablar de las consecuencias de la "libertad".

Al más básico de los niveles, si, tienes la libertad de cogerte a quien se te pegue tu regalada gana cuando se te pegue tu regalada gana, pero eso no implica que la persona a la que te quieras coger quiera coger contigo, se deje, no te ponga unos madrazos si lo intentas, llame a la policía (con justa razón) o te corte los orcos por andar de ganoso sin tomar en cuenta su libertad de decidir con quién se acuesta o con quien no.

Todos tenemos la libertad de hacer lo que se nos pegue nuestra regalada gana, pero todo lo que hacemos tiene consecuencias y en ese entendido,  lo que hacemos es  susceptible de no gustarle a los demás.   Es más, aunque de por sí parezca estúpido decirlo, lo que hacemos, en algunas ocaciones debe ser repudiado y hasta combatido por los demás si se dicen "seres humanos".  O ¿qué? ¿Me van a decir que no tienen razón los que me echaron a la ley por hacer taquitos de focas bebé en la explanada del ranchito en el que vivo? (Si, si, yo sé que exageraron, pero... hombre, eso de que el humo se les meta a las viviendas hasta yo lo puedo entender).

Efectivamente, la frase  endilgada a la hija del necrófilo tiene cierto grado de razón en cuanto a que si quieres hacer lo que se te pegue tu regalada gana sin tomar en cuenta lo que el resto de la gente diga, más vale que te vayas acostumbrando a tener callos en la mano o un consolador lleno de lama porque si quieres que alguien elimine con su presencia a tu soledad, vas a tener que tomar en cuenta lo que ese "alguien" piense, sienta o considera importante.

Pero insisto, esto no es algo que las canciones nos expliquen... Al menos no en su mayoría.

Esto se me hizo importante porque... ¡Sorpresa! A pesar de lo que todos queramos sentirnos libres, a pesar de lo mucho que valoremos nuestra "libertad" y por ende nuestra capacidad de hacer lo que se nos pegue la gana, el ser humano no fue diseñado para estar solo y para hacer lo que se le pegue la gana.

(Pérnme tantito, le voy a rajar la madre a Lugossi porque ya empezó a arañarme la cola por debajo de la silla)

Ya.

El ser humano necesita a una familia o a una entidad que le enseñe cómo se supone que tiene que obtener los satisfactores básicos para subsistir.  El instinto no le alcanza y menos en las junglas concretarias donde se encuetra después de salir del útero.  ¡Vaya! Ni caminar podríamos si no tuviéramos a alguien con la paciencia suficiente como para enseñarnos... O ...¿acaso alguno de ustedes fue tan chingón como para rascar el suelo de concreto para encontrar nutrientes y sobrevivir con fotosíntesis a las pocas horas de nacido?

Weeeey! y luego dicen que los comics nos presentan historias que desafían a las leyes de la física!

Chabela (o quien quiera que sea que dijo la  del punto "2"): No mames (y luego hay quien me pregunta que por qué me cae mal la susodicha).... Los humanos nos necesitamos los unos a los otros para subsistir.  No es que "no nos guste la libertad de los otros", es que no aguantamos nuestra propia "libertad" o al menos no la libertad que nos han incrustado como idea casi a nivel genético.

El ser humano existe mediante un sistema de compromisos, mediante un "yo te doy lo que tú necesitas para que tú me des lo que yo necesito" y eso es precisamente lo que es un matrimonio: un compromiso en el que dos personas se comprometen a dar lo que mutuamente necesitan para subsistir.  Si uno de los dos no cumple con su compromiso, el matrimonio se va al carajo... ¡Bene!, pero mientras lo cumplan, las dos entidades envueltas en él  podrán funcionar mejor que un infante recién nacido tratando de arañar el asfalto.

Ahora, hay quien vive casado con su trabajo, casado con sus vicios, casado con su puta idea de "libertad" o con cualquier otra idea, pero yo digo que si es difícil acoplarse a una persona que tiene dos piernas, dos pulmones y un corazón... Ha de ser MUCHO MAS CABRON acoplarse con algo (como una idea) que ni patas, ni corazón, ni ojos termina teniendo.

Mmmmm....

(Ya acábense ese porro cabrones que entre los coctéles de ajenjo que me estoy chingando y su humo de segunda mano me van a dar pesadillas)

Todo lo dicho me lleva a caer en cuenta que finalmente ni yo mismo ayudo a mi intento de contestar la pregunta que me llevó a escribir estas líneas y aunque podría hacerme pendejo contándoles las chingaderas que el tío y mi gato, el joven Lugossi, han hecho mientras escribo estas líneas para cerrar el tema, creo que a todos nos conviene algo distinto.

A estas alturas del partido, la conciencia va por el camino de que vivir como se te da la gana sólo puede poner un bemol en la existencia de los demás (y consecuentemente en la existencia del todo), bien podría regodearme en el estilo de vida que me ha calificado como entidad nociva y aunque creo que lo hago con cada respiro, he de reconocer que el hacerlo me separa cada vez más del género humano y que aunque en algún momento pensé que eso sería buena idea, lo cierto es que no sé hacer otra cosa que ser humano.... La vocación de perro o gato se me ha ido en la medida de que mis huesos ya no dan para  lamerme el pito como ellos lo hacen.

Tons.... Puedo caer en cuenta que debo comprometerme, llegar a la conclusión de que debo tomar en cuenta las consecuencias que mis acciones tienen en las otras personas y comprimir mis decisiones a un ámbito que sea aceptable para ellas; relegar del ajenjo, las chingaderas que generan estas escribideras para ser el ser humano que se supone que debo de ser, saludar a toda la gente que me cruzo en el camino, ser fiel, ignorar la mierda que me cae del otro para mantener la unión requerida por la especie o; reconocer que el género humano, exaltando la libertad sin reconocimiento de la afectación que su ejercicio puede traer a los demás, va camino a la chingada y; consecuentemente,  soy producto de una idea genocida....

Nos vemos en el apocalipsis.




A menos, claro,  que me encuentre a una chica super-pitagórica a la le gusten los comics y el ajenjo.