miércoles, 9 de noviembre de 2011

Editorial No Solicitada: Ojalá

Ciertos días tienden a tener una vibración distinta; te hacen sentir algo raro con la composición de los instantes, algo así como que lo me imagino que se siente un disparo de nieve que se te clava entre el cuadril y la espalda para alentarte a no verla siempre, como dijo aquél.
En estos días, en los que el "Ojalá" de Silvio se te vuelve un recuerdo en el retrovisor pero igual sientes el gélido regresar de la realidad metálica, lo más probable es que la canción de morfeo no quiera tocarse en tu oído y a la falta de, el teclado se vuelva respuesta de pregunta que nadie hizo.
Pero igual... Ojalá.
Supongo que debo disculparme por no haber escrito durante.... ¡Vaya!... Poco menos de un mes.
Pensé en poner un letrero de "jugando videojuegos, vuelvo en un rato" pero los que han sido atrapados por un juego de video saben que, de jugar el videojuego en el que se está atrapado a dejar de hacerlo para avisar que se está haciendo, la opción mas evidente siempre será seguir jugando. Después de todo, cuando un juego de video te atrapa en realidad te ves atrapado en una conducta compulsiva propia de cualquier otro vicio, sólo que en lugar de servir el trago siguiente, cortar la linea del después o correr por quinta vez la última vuelta a la pista, le vuelves a apretar el "restart".... Lo que sea para que el "game over" no te agarre sin confesar tus pecados.
No puedo decir que haya estado muy al pendiente de las noticias en estas semanas... Tal ha sido la distracción de aferrarse al control del nientiendo en esteroides que cuelga junto a la computadora, pero creo que de alguna forma todos nos aferramos a seguir jugando nuestros juegos de todos los días para evitar la fría vibración de los días extraños en los que no tenemos a qué jugar.
Quizá ahora que el juego que estaba jugando me ha dejado un tiempo antes de jugar el siguiente, veo la imperiosa necesidad que tenemos de enfrascarnos en una lucha, un que hacer para tapizar nuestros días. Puede que, seamos ateos, agnósticos, californios o de plano pendejos, todos tenemos el temor de que, cuando ya dejemos de funcionar, alguien nos ha de preguntar "Y que chingados hiciste con el tiempo que tuviste?"
Concedido, probablemente contestar un "me la pasé jugando" pueda no ser la mejor respuesta que se pudiera dar, pero si nos ponemos a pensar qué se supone que es un juego y qué se supone que es la vida... weeeey, como que en una de esas nadie tendría una mejor respuesta.
Vamos analizándolo... tranquilo tío, no, no se empine, no vamos a requerir revisión prostática para este diagnóstico, sólo un poco de eso que esta ud fumando.
Cuando llegamos a este mundo, no tenemos ni idea de qué es lo que se hace con cada botón del control con el que manejaremos al monito con el que vamos a jugar.  Tenemos idea de que una palanquita va a hacer que nuestro personaje se mueva para aquí y para allá, pero no sabemos cómo nos vamos a mover y nos tardamos un rato en entender lo que nuestro personaje puede hacer o no (a veces nos tardamos muuuuchos años en entender eso), luego, entendemos cuál se supone que es la misión de nuestro personaje dentro del juego, lo que se supone que debe hacer para ganar y cómo habrá de hacerlo.  A veces tendrá que meter una pelota en una portería o en una canasta o en el guante de un tipo apertrechado sobre una base como si fuera a la guerra, otras veces tendrá que ganar todo el dinero que pueda o bien proteger a otros personajes del juego, pero de acuerdo a la finalidad que se nos haya ocurrido como meta en el juego tendremos que ir descubriendo las estrategias más válidas para lograr el gane.
A veces tendremos que sacrificar una vida o dos para lograr nuestras metas. Dejamos de ser algo para volvernos otra cosa, dejamos de hacer algo para hacer otra o  nos jodemos a alguien para el efecto.
¿Que tanto se vale eso?
Bueno, eso depende de las reglas del juego, pero aún así, más que depender de las reglas del juego, depende de lo que podamos o no hacer (por eso nos tardamos tanto en aprenderlo o de plano igual nunca lo terminamos de aprender).
A veces, independientemente de las reglas del juego, es posible encontrar formas de darle la vuelta a las reglas y hacer las cosas que podemos hacer y eso poca gente lo sabe mejor que los abogados, la verdadera raza maldita.
Ahora, si tomamos eso en cuenta el asunto del sacrificio de vidas  para ganar el juego, bien o mal vamos a tener que llegar a la conclusión de que  alguien en algun momento va a tener que sacrificar la nuestra para lograr puntos en su juego.
Quizá muchos no se han dado cuenta, pero  la política en todo el mundo es un juego en el que los jugadores ganan llegando al escanio mas alto de una jerarquía que entre todos establecemos y así, la verdad es que las reglas están ahí, pero el juego se rige en realidad por lo que podemos o no podemos hacer y/o nos pueden hacer.
Si una lider de un sindicato puede realmente direccionar los votos hacia cierto partido o candidato, lo va a hacer independientemente de que su trabajo en realidad sea velar por los intereses de los miembros de su sindicato, pero no podemos echarle tierra porque se supone que sus movimientos políticos son para lograr el beneficio de sus sindicalizados, si un presidente toma una decisión como... No sé, declarar una guerra contra la llamada "delincuencia organizada", habrá que ver que su decisión está dada en un intento de lograr mas puntos para su juego, que, desafortunadamente, en las últimas decadas no termina con ser presidente quizá porque los presidentes y los políticos en general cada vez llegan a lo que antes se consideraba "final del juego" muy pronto en su vida y  se dan cuenta de que si su meta era ser presidente, se quedarán sin que jugar para el resto del tiempo que les queda esta bola de agua y tierra.
El temor de que el juego se acabe antes de que podamos ganar o establecer un “high socore”  siempre está presente y por ello a veces se toman decisiones francamente ojetes o que se disparan de la normalidad en el entendido de que esas decisiones que no se habían tomado antes pueden darnos mas puntos porque simplemente a nadie se le habían ocurrido antes.
¿Y eso funciona?
En la realidad virtual de un juego de video, la respuesta es “no” ¿por qué?
Porque  si tu haces algo que va en contra de lo que el diseñador del juego pensó que pudieras hacer, el juego se va a trabar (aguas: en el Arkham City el juego se traba si sales por la puerta de la bahía cercana a... ñeee... nevermind).
¿Y en la realidad real?
Pues... Después de la dictadura priista de setenta y tantos años en la que vivimos, ocurrió "lo impensable" y las estructuras de poder dieron un supuesto paso hacia la democracia que más bien se tradujo en una alternancia en el poder por la que en lugar de vencer a los malos, simplemente se logró que esos "malos" se sustituyeran por otros... Como si se avanzara un nivel en el juego y lo único que en realidad hubiera cambiado es la dificultad.
Atendiendo a la lógica de los juegos de video en los que a mayor dificultad más cerca estamos del final del juego, podríamos pensar que en una de esas estamos más cerca de solucionar los problemas de la sociedad en la que vivimos (otra vez: Ojalá) pero entonces.... ¿Por qué todos los jugadores parecen empeñados en cambiar las reglas del juego hablando de gobiernos de coalición como algo inevitable?
¿Que qué es un gobierno de coalición?
Mire tío, a grandes rasgos el gobierno de coalición es el gobierno en el que el poder ejecutivo de alguna forma logra una alianza con el poder legislativo para que en lugar de que ese último (poder legislativo) sea un contrapeso para las posibles brillantes ideas del ejecutivo (llámese "guerra contra la delincuencia organizada" o "Panfilo el de dos dientes"), sea mas bien su respaldo y así se puedan hacer los cambios que se requieren en la forma de gobierno para adaptarlos a la realidad.
Eso se lee muy chido, pero si lo pensamos un poco, es posible interpretar que el gobierno de coalición es en realidad una fórmula un tanto elegante de que hacer que los diputenses y senadritas siempre jalen para donde el preciso diga que deben de jalar... Mas o menos como ocurría durante la dictadura priista.
A mi manera de ver, eso hace prueba no de que hayamos dado un paso adelante en el 2000 cuando se dio la alternancia en el poder, sino que el juego está más que estancado, congestionado en el tubo del desagüe.
La idea de un gobierno realmente democrático es que todas las facciones que integran la sociedad queden representadas en un cuarto que se puede cerrar y no abrirse hasta que la manga de cabrones que se supone que representan a esa sociedad pueda llegar a un consenso sobre lo que tiene que hacerse pero... Noooooo.... ¿Cómo?... Eso es inhumano, ¿Cómo se va a encerrar a los representantes del pueblo para forzarlos a que lleguen a un acuerdo antes de retirarse de un salón?
Con todo y lo que pueda decir de la Iglesia católica, lo cierto es que para bien o para mal el encerrar a quienes tienen que tomar una decisión hasta que la tomen  es una práctica que han llevado a cabo desde hace más de 20 siglos para elegir al Papa; con todo y lo que puedo criticar del sistema de deliberación por juzgado anglosajón, lo cierto es que así, encerrando a los que tienen que tomar una decisión hasta que la toman, es como se dictan las sentencias en la tradición de ese sistema jurídico.
Pero bueno, supongo que porque nuestra cultura es diferente, nuestras medidas para destrabar el juego también tienen que ser diferentes.
En una de esas lo que se supone que debemos querer es el re-start, el mandar el carajo lo que se supone que hemos avanzado y regresar al priismo para darle otro chance al juego de que retome su curso.
Por eso tenemos a un Gel-Boy adelante en las encuestas como favorito a ser presidente en el 2012.
Ojala y no.

1 comentario:

  1. Me encanta la analogía que creaste a raíz de ser un ser ocioso ganando un juego.
    Que te reditúe!! Has pensado poner un negocio en Second Life?

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Tu ya leíste mis pendejadas, ahora dejame leer las tuyas.